En el principio del tiempo, cuando aún los vapores de la tierra humeaban sobre la superficie, el Creador llamó a su presencia a los siete vientos. Cuando todos estuvieron ante el Único, Él les preguntó:
-¿De dónde surge la creación?
Ninguno respondió, el silencio de los vientos llenó la tierra y aún las olas del mar cesaron su batir contra las playas.
-Surge de mi música -contestó Él mismo y a continuación comenzó a entonar una melodía. La armonía dibujó tonos multicolor en el firmamento, jugueteaba en complicadas contorsiones que formaban estelas de rizos de vapor.
Los siete vientos no se pudieron contener y comenzaron a danzar al son de la melodía del Creador.
Las risas y el gozo llenaron el espacio, el Único tomó sus manos y danzó con ellos hasta que el universo se llenó de carcajadas.
En el momento de mayor gozo, Basú, la más joven de los vientos, la suave brisa austral, se acercó al Creador y besó sus mejillas...
-¿De dónde surge la creación?
Ninguno respondió, el silencio de los vientos llenó la tierra y aún las olas del mar cesaron su batir contra las playas.
-Surge de mi música -contestó Él mismo y a continuación comenzó a entonar una melodía. La armonía dibujó tonos multicolor en el firmamento, jugueteaba en complicadas contorsiones que formaban estelas de rizos de vapor.
Los siete vientos no se pudieron contener y comenzaron a danzar al son de la melodía del Creador.
Las risas y el gozo llenaron el espacio, el Único tomó sus manos y danzó con ellos hasta que el universo se llenó de carcajadas.
En el momento de mayor gozo, Basú, la más joven de los vientos, la suave brisa austral, se acercó al Creador y besó sus mejillas...
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